jueves, 8 de octubre de 2009

Corazones

Hay corazones cerrados. Corazones que no confían. Estos son generalmente discordantes y no reconocen autoridad, no son gratos, ni benevolentes, son egoístas, excluyentes e insensibles. Por no se reconocieren así como son, también no se dejan tratar.
Corazones así raramente son quebrantados. Y en su insensibilidad hieren, a sí propios y a otros también. Lastiman, causan malestar, producen un clima de opresión e inestabilidad. No aceptan que otros tengan valores diferentes de sus concepciones, las cuales son un disfrace pues claramente buscan solamente sus propios intereses. Reaccionan con maldad, groserías e amenazas para no tener que reconocer sus equivocaciones, se hacen de victimas y al mismo tiempo crujen los dientes con rencor. Ellos piensan que todos deberían ser tales como ellos y no aceptan ajustarse a los otros, por el contrario, los otros, es que deben se ajustar a ellos.
No saben llorar por alguien. Cuando lloran, lo hacen solamente por sí mismos. Detestan someterse y no se comprometen con el grupo o con la visión, se creen lo mejor que hay, pero no reconocen que son así, por eso, cuando se veen amenazados porque fueros pillados en sus maldades, dicen que están mal, buscando la complacencia de otros para seguir en lo suyo.
Siéntense incomodados por el diferente, por el nuevo, no quieren la mejoría de nada, pues desean seguir en su posición sin se importaren con los demás. Resisten cuando alguien les pide para compartir su propio corazón. Perdieron la noción de verdad y no consiguen ser sinceros ni con ellos mismos.
Mas ni todos corazones son así. Hay corazones abiertos, corazones probados, dispuestos a ayudar a otros avanzaren. Corazones que encuentran gracia y fuerza en las luchas, corazones que confían. Generalmente estos son los más golpeados. Son corazones sensibles, que se abren para incluir, compartir, dar oportunidades, esperar lo mejor de otros, donarse, creer e invertir en lo nuevo.
Son corazones producientes, fieles, leales, perceptivos, que reconocen la voz del Maestro que dice: “Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” Mateo 11:29.
Consideraciones sobre el Corazon
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre... Mateo 15:18-20a
Tema:
La Biblia dice que el corazón es el responsable de lo que somos. De nuestro corazón sale toda clase de pensamientos y actitudes. Es imperativo que como discípulos de Cristo, debemos de cuidar de nuestro corazón para mantenerlo sensitivo y abierto a la palabra de Dios. Conociendo la naturaleza del corazón, debemos de arraigarnos al evangelio y permitir que Dios purifique nuestro corazón a través de la sangre de Cristo, mediante la obra del Espíritu y la Palabra viva de Cristo.
Sugerencias practicas:
1. Ora por un corazón puro.
2. Confiesa tus pecados y se humilde.
3. Implementa la exhortación de
Colosenses 3:14-16 en tu vida:
a. ¡Vístete de amor!
b. Sométete a la paz de Dios.
¡Busca paz y unidad!
c. ¡Se agradecido!
d. ¡Deja que la Palabra de Dios more en ti!
¡¡¡Que Dios te bendiga grandemente!!!

Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, Ezequiel 11:19
«Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras.» Jeremías 17:10

El corazón del sabio busca el bien, pero el del necio busca el mal.
Y aun en el camino por el que va, el necio revela su falta de inteligencia y a todos va diciendo lo necio que es. Eclesiastés 10:2-3. NVI