lunes, 6 de agosto de 2007

La Libertad

La libertad es un don preciado que debemos de valorar, y no tan solo me refiero a la libertad física, sino a la libertad que tenemos cada cual dentro de sí, de pensamiento y expresión, lo cual nos permite tomar nuestras propias decisiones, cometer aciertos y errores. ¡Así nos creó Dios!, de tal forma que en esa libertad podemos elegir el camino ancho y espacioso que lleva a la perdición o bien elegir el camino y la verdad y la vida, que es Jesucristo.

No dudo que tu ya has elegido al Señor como tu Salvador; pues bien, sigues siendo libre pues la Escritura dice “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

La libertad que disfrutamos en Cristo nos garantiza que tenemos liberad de pensamiento y expresión en nuestra vida, de tal forma que Dios nos ha conferido la responsabilidad de administrar esa libertad para hacer lo que queramos en el amor y conocimiento de Dios, ¡pues somos libres!, Esto implica que no estamos sujetos a normas o leyes humanas que determinen nuestro proceder Cristiano, y por supuesto, somos libres del pecado que nos tenía atados. Ahora bien esta libertad que Cristo nos da, debemos usarla responsablemente y bajo la dirección de Dios, la Escritura enseña: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.... “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:1; 5:13).

Y esto era necesario aclarar pues hay quienes con pretexto de esta libertad participan de actos que rompen la comunión con Dios, pues son pecado. El apóstol Pedro (2:15-17) dijo “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”.

”Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis” (1ª de Corintios 8:9-12). El Lugar de ídolos puede ser un bar, una disco, o cualquier otro lugar donde se de libertad a la carne o se cometa cualquier tipo de pecado.Resumiendo esta meditación, debes comprender que el Cristiano es absolutamente libre, su libertad ha sido pagada con sangre en la cruz por Jesucristo, y que ahora esa libertad debe ser usada para la honra y la gloria de Dios en todo momento. No malinterpretes tu libertad.

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