martes, 16 de octubre de 2007

Las Ranas

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Las ranas se reunieron alrededor del hoyo.

Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió; Ella se desplomó y murió.

La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le grito que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir.
Pero la rana saltó cada vez con mas fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron:
"¿No escuchaste lo que te decíamos?"
La rana les explicó que estaba casi sorda.
Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más, y más para salir del hoyo.

Esta historia contiene dos lecciones:
1. La lengua tiene poder de vida y muerte.
2. Una palabra puede ayudar a levantarte o destruirte.

Tengamos cuidado con lo que decimos. Pero sobretodo con lo que escuchamos


" Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él " Colosenses 3:17

Los hombres están grandemente bajo la influencia de sus propias palabras. Ud. no comprende cuánto le afectan sus palabras. Se acostumbra a hablar de cierta manera, y sus pensamientos y acciones siguen a sus palabras. Uno se acostumbra a asegurar ciertas cosas de sí mismo, y al final las cree. Nuestros pensamientos producen nuestras palabras y nuestras palabras tienen una reacción sobre nuestros pensamientos. Si un hombre forma el hábito de usar palabras sagradas reverentemente, adquirirá la costumbre de hablar con cuidado, sabiendo que hay un Testigo de cada palabra que pronuncia. Lo mismo sucede con lo contrario.

Cuando los sentimientos se excitan y el habla se exagera, el modo de hablar siempre es extremo. Actúa y reacciona sobre nosotros mismos.
La Palabra de Dios declara: " Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado " S. Mateo 12:37.

Cuando hablamos de desánimo y lobreguez, Satanás escucha con enorme gozo, porque le agrada saber que nos ha puesto en servidumbre. Satanás no puede leer nuestros pensamientos, pero puede ver nuestras acciones y escuchar nuestras palabras; y gracias a su largo conocimiento de la humanidad, puede dar forma a sus tentaciones para sacar ventaja de los puntos débiles de nuestro carácter. ¡Y con cuánta frecuencia le revelamos el secreto de cómo puede obtener la victoria sobre nosotros!

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